Comer helado es una
de las cosas más serias que pueda haber. Y así con esa seriedad hay que decir
también que existen fundamentalmente tres maneras de comerlo. La primera de
ellas es la convencional, la más común de todas y, en consecuencia, la más
conocida y practicada y consiste en pasar repetidamente la lengua por las bolas
heladas hasta que el calor las derrite y su cremosa dulzura nos va inundando
los sentidos.

La segunda forma de comerlo es, paulatinamente, ir disfrutando de la fría crema e ir dando mordiscos al barquillo o cono; ésta técnica requiere de rapidez y sincronía pues el proceso de derretido del helado es inevitablemente rápido y corre, quien lo come, el riesgo de mancharse la ropa de fea manera. Pero la tercera forma de comer helado es, sin duda la más maravillosa de todas porque se requieren de movimientos muy certeros para, primero, engullir completamente el cono y dejar luego lentamente discurrir las bolas de helado al interior de la boca. Es tal la dificultad de esta técnica que resulta hasta cierto punto peligrosa, ya que de no ser precisa y sincronizada la ingesta del cono y el escurrimiento de la crema hacia la garganta, bien podría devenir en un atragantamiento y asfixia por obstrucción de vías. Finalmente aquí les dejo la ilustración de tan complicada técnica para aquell@s que lo quieran practicar....
-J.H.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario